LONDRES. Tyson Fury decidió salir a su tercera pelea contra Deontay Wilder vestido de emperador romano. Debía mantener su dominio, el Mundial WBC del peso pesado, y lo hizo en una batalla épica. El inglés se fue dos veces al suelo en el cuarto asalto. El estadounidense visitó la lona en el tercero, décimo y undécimo, cuando acabó noqueado. El excampeón dio una ración de aguante y coraje, hizo vibrar al público de Las Vegas durante los cinco primeros asaltos, pero sucumbió ante el ritmo del Gipsy King. De nuevo la presión y la constancia en el golpeo del de Manchester ahogó y acabó con Wilder. “Siempre he dicho que soy el mejor. Él es el segundo”, espetó Fury al terminar.
La metáfora le quedó bien a Fury. Él fue el emperador que defendió con todo lo suyo y ahora mira al que se ha situado como su principal antagonista, Olek Usyk. El ucraniano derrotó al rey hace dos semanas. ¿Quién es mejor? Toca esperar a que se vean sobre el ring. Acabará pasando, pero tardará. Antes del combate entre Fury y Wilder, Eddie Hearn confirmó que su representado, Anthony Joshua, había hecho efectiva la revancha obligatoria que había incluido en caso de perder ante Usyk. Era lo esperado y ahora se tendrán que ver las caras de nuevo. Previsiblemente será en el primer trimestre de 2022.
Para Fury, pese a lo reciente de su victoria, ya hay planes. Dillian Whyte, eterno aspiranteoficial WBC y campeón interino del organismo, debe ser su próxima parada. No tiene otro camino, salvo que el inglés se la pegue frente a Otto Wallin el 30 de octubre. Si gana, tendrá al fin su oportunidad titular. Una defensa a priori sencilla para que Fury siga subiendo. Ya es una estrella y los fans quieren verlo más sobre el ring.
¿Y Wilder? El Bombardero de Bronce se queda en una situación complicada. Segunda derrota consecutiva y siendo aplastado. Con 35 años y dos buenas bolsas ante Fury, quizá piense en dar un paso a un lado. Sería una pena, ya que todavía pueden quedarle peleas con mucho dinero. Con sus limitaciones técnicas, Wilder tiene una de las mejores derechas de la historia y ha sido once veces campeón. Merece un respeto por su legado.