LAS VEGAS. Disfrutar el camino es algo algo necesario y que muchas veces a todos se nos olvida. Muy presente lo ha tenido Manny Pacquiao. Su combate de este sábado en Las Vegas contra Yordenis Ugas fue la culminación de un campamento que la leyenda exprimió al máximo. No había más que verle posar en el pesaje o entrar al pabellón, donde le recibieron como el personaje que es. Lo gozó. El combate era la última parada y no la pudo acabar con final feliz para él. Ugas, de 35 años y que aceptó la pelea con diez días de antelación (estaba preparado para boxear en el pleito coestelar del mismo evento), supo leerle desde antes de empezar la pelea y le apagó. Las cartulinas fueron claras: 115-113, 116-112 y 116-112. Ugas dio la sorpresa. No porque no tuviese calidad, pero la leyenda pesaba mas y pocos le daban opciones.
Pacquiao acusó los 42 años (43, en diciembre) y los más de dos sin subirse al ring. No fue capaz de desenmarañar la táctica en la que Ugas basó la pelea gracias a su envergadura y padeció de lo mismo los doce asaltos. El primer round pudo ser el mas claro para él: con velocidad solventó todo. Ese repris le duró esos tres minutos, luego el bronce olímpico en Pekín lo supo controlar gracias a su envergadura y anticipación. Empezó a contragolpear y conectó mucho. No fue un recital, vimos un pleito cerrado, pero su triunfo fue justo. Fue mejor. “Esto es boxeo. Lo siento”, decía amargamente el filipino al acabar. No hay nada que perdonar. Dio la cara como siempre.
PacMan no mostró su golpeo en diferentes planos, no fue capaz de hacerlo. Tampoco supo leer la la derecha volada y recta de Ugas, que siempre que lanzó la conectó, su jab no fue preciso y por último no pudo evitar los golpes al cuerpo. Al inicio del combate el cubano le frenó sacándole el aire y lo notó al final. Los 42 años y la inactividad tampoco ayudaron a mantener un el ritmo alto que necesitaba. Aún así, PacMan recordó al mejor con rápidas combinaciones y esquivas, pero fueron en momentos puntuales. Le sirvió para mantener la contienda igualada, pero no para ganar. Ugas ahora piensa en grande: “Quiero unificar. Spence es el siguiente en la lista“, apuntó. Mientras, Pacquiao no se quiso presionar. “No sé si será mi última pelea. Necesito descansar y decidir qué hacer“, reveló el filipino, quien se presentará a las presidenciales de su país en mayo de 2022. Elija lo que elija su legado ya es eterno. Gracias por hacerlos disfrutar, leyenda.