MELBOURNE.– Garbiñe Muguruza es ya la séptima raqueta española en disputar una final del Abierto de Australia después de que Juan Gisbert, Andrés Gimeno, Arantxa Sánchez Vicario, Conchita Martínez, Carlos Moyá y Rafael Nadal lo lograran anteriormente.
Ahora, Muguruza tiene la gran ocasión ante la estadounidense Sofia Kenin este sábado, de cerrar el círculo español del Grand Slam, porque solo falta el título femenino en este primer ‘major’ para completar el total de victorias en estos eventos, considerados los máximos exponentes del tenis.
Su trabajada victoria bajo un calor infernal de 39 grados frente a la rumana Simona Halep (4) le hizo colarse en un grupo privilegiado de tenistas nacionales que fue inaugurado con la gesta de Gisbert en 1968 tras alcanzar una final que perdió con el local William Bowrey en cuatro sets, cuando este grande no tenía ún la repercusión de ahora.
El segundo en hacerse un hueco fue Andrés Gimeno, fallecido recientemente, tras quedarse a las puertas del título al sucumbir frente al también australiano Rod Laver en tres sets.
Le siguió Arantxa Sánchez Vicario, que fue finalista en las ediciones de 1994 y 1996 ante la alemana Steffi Graf y la francesa Mary Pierce, respectivamente.
Su coetánea, y actual entrenadora de Garbiñe Muguruza, la oscense Conchita Martínez, igualó la lista en términos de género después al caer en la final ante la suiza Martina Hingis en 1998.
Carlos Moyá, actual entrenador de Nadal, abrió de nuevo la esperanza cuando alcanzó la final en 1997, aunque cayó contra el estadounidense Pete Sampras. Ese año, Moyá pronunció su célebre frase “hasta luego Lucas”, en su discurso en la entrega de trofeos.
El último en llegar, y más exitoso, fue Rafael Nadal, quien conquistó la corona en Melbourne Park en 2009 tras superar al suizo Roger Federer, y luego cayó en la final en las ediciones de 2012, ante el serbio Novak Djokovic; 2014, ante el suizo Stan Wawrinka; 2017, delante de Federer; y en el año pasado frente a Djokovic de nuevo.
La nueva integrante de este selecto grupo ha firmado un torneo en el que ha ido de menos a más, tras superar en las últimas rondas a cuatro cabezas de serie, y escalará dieciséis posiciones en la clasificación WTA después de confirmarse como la mejor jugadora del arranque del año.