Jakupovic se disponía a sacar. Estaba ganando el partido contra la suiza Voegele, en la primera ronda de la fase clasificatoria del Open de Australia, cuando de repente empezó a sufrir un ataque de tos. La jugadora eslovena intentó reponerse, pero la tos no remitió y se tiró al suelo entre lágrimas. Es la primera tenista afectada por el humo provocado por los devastadores incendios que está sufriendo Australia, donde ya han ardido más de 10 millones de hectáreas, muerto 28 personas y 1.000 millones de animales. Ahora, los fuegos amenazan el normal funcionamiento del Open, cuya organización se vio obligada en la mañana de este martes a suspender los entrenamientos por la mala calidad del aire de Melbourne. Esta ciudad del sur del país fue la que tuvo la peor calidad de aire del mundo en la mañana del martes.
está comprometido con las personas afectadas por los incendios y que el campeonato servirá “para recaudar fondos para ayudar a estas comunidades”. Este campeonato y los otros grandes (US Open, Wimbledon y Roland Garros) anunciaron el lunes una donación de 400.000 dólares a la Cruz Roja australiana, que está ayudando a los afectados por los fuegos.
“Se tomarán más decisiones en base a los datos in situ y en estrecha consulta con nuestro equipo médico, la oficina de Meteorología y los científicos de la Autoridad de Protección Medioambiental del Estado de Victoria. Como siempre, nuestra prioridad es la salud y la seguridad de nuestros jugadores, nuestro personal y de nuestros fans”, ha señalado la organización del Australia Open desde su cuenta de Twitter. Después de las rondas clasificatorias de esta semana, el Open comenzará el próximo lunes.
El portal Air Quality Index, que indica la calidad del aire de ciudades de todo el mundo, informó que, por ejemplo, en el distrito de Brooklyn de Melbourne, el índice de PM 2.5 (unas partículas minúsculas que pueden dañar gravemente la salud de las personas) llegó a estar en un máximo de 571 puntos en la mañana del martes. A partir de 300 el aire es considerado “peligroso” y se recomienda “evitar todo esfuerzo al aire libre”. Por debajo de 50 puntos es lo que se establece como sano para el ser humano. Por su parte, en el distrito de Box Hill, ese mismo indicador registró un máximo de 845, casi tres veces más que el punto al partir del cual el aire se considera “peligroso”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que las partículas PM 2.5 son especialmente dañinas para el ser humano, debido a que “pueden atravesar la barrera pulmonar y entrar en el sistema sanguíneo”. “La exposición crónica a partículas contribuye al riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como cáncer de pulmón”, explica la OMS. La contaminación por este tipo de partículas conlleva problemas para la salud, incluso en muy bajas concentraciones. “No se ha podido identificar ningún umbral por debajo del cual no se hayan observado daños para la salud”, añade.
Australia.-Por su parte, Tennis Australia (entidad que organiza las competiciones de tenis del país, entre ellas la del Open) ha asegurado en un comunicado que no hay peligro para los visitantes que decidan venir a ver el primer grande del año, “ya que los incendios más cercanos están a cientos de kilómetros de distancia”. Lo cierto es que el humo de los fuegos llegó la semana pasada hasta Argentina, que se encuentra a más de 12.000 kilómetros de distancia.
“Toda la información que tenemos en este momento es que el pronóstico es bueno, no esperamos retrasos y hemos implementado medidas adicionales para garantizar que el Abierto de Australia pueda funcionar según lo programado”, ha indicado Craig Tiley, director del Open. Desde la organización destacan que cuentan con tres estadios techados y ocho canchas cubiertas.
Por otro lado, Tiley ha asegurado que el Open de Australia está comprometido con las personas afectadas por los incendios y que el campeonato servirá “para recaudar fondos para ayudar a estas comunidades”. Este campeonato y los otros grandes (US Open, Wimbledon y Roland Garros) anunciaron el lunes una donación de 400.000 dólares a la Cruz Roja australiana, que está ayudando a los afectados por los fuegos.