WASHINGTON – Cada turno al bate era una oportunidad para que Juan José Soto hiciera volar su imaginación, cada swing un chance para que el dominicano visualizara cumplir sus sueños al igual que sus jugadores favoritos lo hicieron antes que él. Si tan sólo ellos hubiesen sabido en aquel entonces qué tan grande era el deseo del joven cañonero de logar sus mismas metas en Grandes Ligas.
“Yo recuerdo, al menos en Pequeñas Ligas, tratábamos de imitar a todos ellos”, declaró el dominicano Soto al final de la campaña regular del 2021. “Entonces, en mi primer turno, trataba de ser Robinson Canó. En la siguiente visita al plato, yo era A-Rod. Tercera vez en la caja de bateo, era turno de ser [Albert] Pujols. Cuarta vez al bate, imitaba a David Ortiz. [Sonrisas] Tratábamos de ser como ellos”.
“Sé que los va a hacer felices; va a ser un sueño hecho realidad porque es algo que yo nunca pude recibir”, dijo Soto acerca de compartir los videos de los fanáticos. “La gente nunca me conoció. Ellos piensan que firmé y me convertí en un gran jugador, pero no saben la clase de fanático que yo era antes de todo eso”.
Soto demuestra la clase de jugador élite que es cada vez que salta al terreno. El oriundo de Santo Domingo acaba de redondear una condecorada temporada muerta llena de reconocimientos en la cual finalizó de segundo en las votaciones al Premio Jugador Más Valioso de la Liga Nacional y se adjudicó su segundo Bate de Plata, además de integrar el primer Equipo Todo MLB. Soto demostró una disciplina poco vista en un jugador de su edad, encabezando a todos los jugadores de MLB en bases por bolas y porcentaje de embasarse, todo eso mientras competía por su segundo título de bateo en la Liga Nacional hasta las últimas semanas de la temporada. Su línea de bateo en el 2021 de .313/.465/.534 fue el resultado de un espectacular repunte tras un inicio flojo – al menos para los estándares que él mismo ha puesto.
Como modo de preparación para sus dominantes turnos al bate, la rutina previa al juego de Soto incluye tomar bastantes swings. También incluye una sesión de autógrafos con la fanaticada, tanto en casa como en la ruta, donde el aprecio es recíproco.
“[Mi familia] siempre me enseñó a ser amable con todas las personas, porque nunca sabes a quién estás tratando bien y a quién estás ayudando”, expresó Soto. “Ésa es una de las cosas que se quedaron conmigo y trato de ayudar lo más que puedo”.
En un juego a mediados de septiembre en el Nationals Park, un pequeño fan llamó la atención de Soto al portar una pancarta con la leyenda, “Juan my pacemaker beats 4 U” (“Juan mi marcapasos late por ti”). El toletero de los Nacionales le entregó un souvenir – y un mensaje.
“Cosas como ésa, te hacen jugar más duro y seguir jugando duro porque sabes que hay gente que te está viendo jugar y admira todo lo que haces”, destacó Soto.
Dos semanas después, Soto se fue de 4-0 en una derrota de su equipo ante los Rockies que incluyó un ponche y tres corredores dejados en base. La tarde siguiente, el dominicano relató una interacción que tuvo antes del partido en el Coors Field que logró levantarle el ánimo en medio de un desempeño frustrante.