Robles: “España sí puede tener éxitos en tenis de mesa”

el barrio de Carolina Marín, llega lleno de energía Álvaro Robles. El onubense, de 28 años, es el primer español en la historia que gana una medalla en unos Mundiales tras ser plata por parejas en Budapest. Lo hizo junto al rumano Ovidiu Ionescu y sólo cedieron ante el dúo chino Long-Chuqin. “Llevo desde los ocho años en el tenis de mesa, fue un orgullo para mí y para este deporte, y me da fuerza para los siguientes objetivos. Esto hace ver que España sí puede tener éxitos en tenis de mesa. Es un orgullo abrir el camino”, reflexionaba el andaluz en su visita a As.
Robles comenzó en el tenis de mesa con ocho años, de niño, y ha vivido toda una odisea casi homérica para instalarse en la élite. Del club Hispanidad de Huelva, con 14 se fue a un centro de tecnificación a Priego (Córdoba), después a Madrid y con 21 puso rumbo a Alemania para jugar en la Bundesliga, en el Schwalbe. “Allí van más de 800 personas a ver los partidos y pagan 20 euros por entrar al pabellón”, narra Álvaro, que ha estado seis años en territorio teutón: “Allí me hice como persona y como jugador. Fue un camino largo, lejos de la familia, pero mereció la pena”.

Robles adquirió en Alemania un nivel altísimo y dio un paso más en su carrera, e hizo la gira asiática, a India, Hong Kong, Corea, China… “Allí reciben a los jugadores en los aeropuertos y son famosísimos”, explica el onubense, que viajaba solo a esos lugares y en junio de 2018, en un torneo en Shenzhen (China) conoció al rumano Ionescu, otro que deambulaba por esos lares sin compañeros. Hablaron y se inscribieron en dobles. En ese debut fueron segundos, sólo tras un dúo chino. “Fue increíble, nos hacían entrevistas en televisión y nos preguntaban: ¿cuanto lleváis juntos? Les decíamos que nunca habíamos entrenado antes y se reían”, relata.

Ionescu y Robles forjaron un dúo indestructible, que llegó a la plata mundial en Budapest, con un juego sorprendente. “Álvaro la prepara y Ovidiu tiene un martillo”, cuenta Alfredo Carneros, valedor de Robles y olímpico en Pekín 2008. “La verdad es que nos entendemos muy bien, nos comunicamos en inglés, yo soy zurdo y él diestro”, ratifica Robles, que ahora ha puesto su base en Madrid (vive en San Sebastián de los Reyes).

Las parejas masculinas no serán olímpicas en Tokio 2020, pero sí el doble mixto, donde Álvaro forma con Galia Dvorak. “Estamos tratando de clasificarnos, aunque no coincidimos mucho en entrenamientos por calendario”, cuenta y confiesa: “Algunas parejas asiáticas están por encima, pero vamos a trabajar más”.

Álvaro piensa sí o sí en Tokio 2020: “El objetivo es estar en los Juegos, es lo que llevo persiguiendo toda mi carrera. Me gustaría estar a nivel individual y también en dobles”. Para clasificarse tendrá que seguir con su labor de deportista mochilero, conociendo aeropuerto, lugares extraños… pero su cabeza vuelve mucha veces a Huelva: “Mi estilo es el de allí, el que aprendí en casa”. En Santa Marta, ese barrio humilde con tres medallistas mundiales: Emilio Martín (duatlón), Carolina Marín y… Álvaro Robles.

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