PARIS- El mundo 30se rinde a los pies de Leo Messi, otra vez Balón de Oro. El premio, el séptimo de su exitosa carrera, le ratifica como el mejor futbolista del planeta y probablemente de su generación. El tiempo ha contextualizado y dimensionado su obra hasta colocarle con justicia al lado de gente como Maradona, Pelé, Di Stéfano o Cruyff. No se entiende ese universo sin la presencia de Leo, jugador de dibujos animados que ha conquistado hasta sus propios rivales.
Messi se abrazó al Balón de Oro con las mismas ganas que en 2009. No ha cambiado su esencia. A pesar de que tiene mucha más madurez no se le ha borrado la sonrisa de aquel niño introvertido que ocupó el trono por primera2930 vez hace doce años. Aún insaciable a sus 34, su vida se narra a través de cientos de goles y jugadas solo al alcance de genios como el argentino. Con este galardón, Leo aventaja en dos a su principal competidor: Cristiano Ronaldo.
Aunque este año ha habido más dudas y más candidatos que en otros, Messi ha hecho méritos suficientes para apropiarse el Balón de Oro. Se fue del Camp Nou con una Copa del Rey conseguida a base de grandes remontadas hasta llegar a una final contra el Athletic en la que el 10 brilló con luz propia. En aquel momento, sin embargo, no supo que iba a ser su última firma en un Barça que tuvo que negarle la renovación por culpa de la delicada situación económica.
En un 2021 extraño y con cambios inesperados de guion como su salida al PSG, el gran éxito de Messi se produjo con Argentina. Después de toda una vida intentando hacer felices a sus compatriotas, la Copa América ganada en Maracaná puso fin a años de frustraciones que le hicieron plantear seriamente dejar la selección. Este verano fue el mejor de Argentina y el mundo ha querido reconocérselo con el Balón de Oro. El séptimo. Inigualable.