PARIS. El PSG se impuso por 2 a 0 ante el Manchester City en la segunda jornada del Grupo A de la Champions League. El equipo de Mauricio Pochettino no brilló, pero golpeó en los momentos justos y logró una victoria clave para acomodarse en la zona y que seguramente le servirá como un envión anímico. Lionel Messi se dio el lujo de marcar su primer gol con la camiseta número 30.
Los minutos iniciales fueron de análisis entre ambos conjuntos, aunque se vio al británico mejor predispuesto a adueñarse del balón y a buscar los espacios a través de transiciones largas, mientras que el local parecía apostar a un contragolpe con su tridente ofensivo.
En la primera situación de peligro, a los ocho minutos, se abrió el marcador. Fue Marco Verrati el que cortó una pelota clave en el medio y jugó con Kylian Mbappé. El francés se asoció por derecha con Lionel Messi y luego con Hakimi por ese sector. Fue justamente esa pared la que le permitió al lateral llegar hasta el fondo y lanzar el buscapié con destino a Neymar, que en lugar de pegarle, optó por abrir hacia su izquierda para Idrissa Gueye, quien llegó mejor parado y sacudió con un derechazo al ángulo, imposible para cualquier arquero.
La más clara para el City fue a los 25 minutos, cuando Kevin De Bruyne, con espacios por la izquierda, pudo lanzar un centro de tres dedos perfecto para el frentazo de Raheem Sterling que obligó a Donnarumma a lucirse para desviarlo. La pelota dio entonces en el travesaño, quedó picando en el área chica y Bernardo Silva, a menos de un metro de la línea de gol y con el arco a su merced, la pateó nuevamente al travesaño de manera insólita.
El conjunto inglés acorraló durante los siguientes 10 minutos al PSG con una presión alta constante y desbordes sobre todo por la derecha, aprovechando las falencias por ese costado del local. Sin embargo, los centrales del cuadro francés se lucieron antes cada intento y Donnarumma respondió cuando se lo necesitó.
El elenco de Mauricio Pochettino pudo salir del asedio recién a los 37 minutos, cuando el City adelantó sus líneas y el aquero italiano, ante la presión, filtró un balón aéreo para la subida por izquierda de Nuno Mendes. Desde allí partió una respuesta que prosiguió con una diagonal entre líneas de Mbappé, que a toda velocidad se metió en el área y en lugar de rematar sin ángulo optó por un toque atrás para la llegada de frente de Ander Herrera. Pero el español, que disparó de primera, se encontró con la respuesta de Ederson, que envió el balón al tiro de esquina.