“Sí a la fiesta del ciclismo, pero no a cualquier precio”, asegura Grégory Devaud, copresidente del comité organizador de los Mundiales en carretera de 2020, previstos en Aigle-Martigny (Suiza) entre el 20 y 27 de septiembre, acontecimiento, junto al Tour, con fecha fija en el calendario de la UCI.
“Debemos ser humildes sobre la situación actual, por respeto a quienes luchan contra el virus a diario. El Mundial es una fiesta del ciclismo, sí, pero no a cualquier precio. Tendremos que ser coherentes con las decisiones tomadas, no ser implacables tampoco. Tomaremos una decisión antes del verano, a finales de junio”, señaló Devaud en RTS.
Estas declaraciones condicionan la celebración del Mundial en un país que ha puesto condiciones a los eventos públicos, ya que las reuniones de más de 1,000 personas están prohibidas hasta el 31 de agosto, solo tres semanas antes del comienzo de los Mundiales.
“En la configuración actual, se celebrarán este otoño o nunca. Por otro lado, podríamos imaginar un aplazamiento para una fecha posterior, como 2026, 2027. Pero probablemente sería en un modelo diferente”.
La situación sanitaria por la pandemia del coronavirus podría obligar a los organizadores a posponer el evento si esta prohibición se prolonga más. Supondría un problema para la candidatura de Aigle-Martigny, ya que los Campeonatos del Mundo ya han sido asignados hasta 2025 por la UCI, con Flandes en 2021, Wollongong (Australia) en 2022, Glasgow (Escocia) en 2023, Zúrich (Suiza) en 2024 y África en 2025.