Por Diego Castillo
En su tercer día consecutivo luchando al límite, la legendaria figura de Novak Djokovic encontró la forma de vencer a Andrey Rublev, el ruso clasificado quinto, con parciales de 5-7, 7-6 (7/3) y 7-5 este sábado, asegurando su lugar en la final del torneo Masters 1000 París-Bercy. Allí se enfrentará el domingo al búlgaro Grigor Dimitrov, quien previamente derrotó al griego Stefanos Tsitsipas en la primera semifinal con un marcador de 6-3, 6-7 (7/1) y 7-6 (7/3).
En otra emocionante noche a orillas del río Sena, Djokovic sacó fuerzas de donde parecía no tener más para superar a un Rublev que mostró su mejor nivel, sin ceder hasta que cometió una doble falta que otorgó la victoria a Djokovic en su primera oportunidad de partido.
“Para tener 36 años, no está mal”, bromeó la legendaria figura serbia. El enfrentamiento se resolvió después de tres horas de juego. Djokovic, quien había perdido en la final del torneo el año anterior ante Holger Rune, buscará su séptimo título en la cancha cubierta del último Masters 1000 de la temporada. De ganar, ampliaría su récord a 40 títulos en esta categoría, también un récord.
“Fue un gran combate. Rublev jugó a un nivel muy alto; es uno de los jugadores más rápidos y me planteó numerosos desafíos. Me apoyé en mi sólido servicio, especialmente en el desempate, lo que me dio confianza y me permitió ganar”, explicó Djokovic.
El virus estomacal que afectó a Djokovic durante la semana lo hizo parecer más humano y vulnerable, lo que llevó a que sus rivales creyeran que podían vencerlo. Sin embargo, en vano, durante tres días consecutivos, ni Tallon Griekspoor el jueves, ni Rune el viernes, ni Rublev este sábado pudieron vencer al incansable Djokovic, quien se mantuvo como un superviviente en intensos duelos con el público que lo respalda y a la vez disfruta.
El gran beneficiado de esta situación fue el público. Las 15,000 personas que llenaron el Accor Arena cada tarde disfrutaron de tres emocionantes duelos de la leyenda, todos resueltos en el tercer set con resultados siempre a favor de Djokovic.
En el partido de este sábado, Djokovic, a pesar de entregar el primer set con más errores no forzados de los que suele cometer, se apoyó en su servicio y en golpes ganadores cruciales para igualar en el desempate del segundo set. Durante el tercer set, Rublev, a menudo nervioso, siguió compitiendo, pero a medida que avanzaba el enfrentamiento, la figura de Djokovic se hacía más imponente, culminando en su victoria, que se selló con una doble falta de Rublev acompañada por el lanzamiento de su raqueta.
“Me sentí más fresco que esta semana, no está mal para un jugador de 36 años. Espero estar aún más fresco mañana, cuando juegue contra alguien a quien aprecio”, concluyó Djokovic.