Dimitrov habla de su vida personal y detalla su relación con Agassi

Imbuido en una montaña rusa de emociones y juego. Así ha transitado Grigor Dimitrov por la temporada que toca a su fin, en la que ha tocado fondo viéndose relegado a disputar fases previas para poder entrar a cuadros finales de torneos ATP. Sin embargo, con la misma facilidad con la que cavó su propia tumba, el de Haskovo ha resurgido con fuerza inusitada en este tramo final de temporada en el que puso de manifiesto su infinito talento y recogió los frutos de un trabaje ímprovo junto a André Agassi y Radek Stepanek. Supo tener paciencia, no desfallecer ante los malos resultados y terminar el año en el top-20, lo cual es realmente meritorio teniendo en cuenta que a finales de febrero estaba situado en el puesto 78 del ranking ATP.

Castigado por las lesiones y una lacerante irregularidad, el que fuera campeón de las Nitto ATP Finals 2017 hace valoración de todo lo vivido. “Ha habido muchas cosas que han dificultado mi progresión esta temporada. No lo he pasado nada bien, pero encontré en la disciplina y el trabajo duro los mejores aliados para salir de esa situación”, señaló el búlgaro en medios de su país. “He tenido la gran capacidad de mantenerme positivo a pesar de todas las derrotas y molestias físicas que han mermado mi rendimiento. Supe empezar siempre de nuevo con la misma ilusión y tener paciencia me ha ayudado a aprender mucho de mí mismo. He querido ser yo mismo y no esconder mis emociones, ni dentro ni fuera de pista. Estoy orgulloso de mi decisión y sus resultados”, señaló un hombre que llegó a estar casi cinco semanas fuera de las pistas.

“He tenido días en los que me dolía tanto el hombro que no podía ni coger un vaso. Eso fue muy duro y pasé por momentos de pesimismo máximo, pero nunca me rendí e incluso en los peores momentos pensaba que volvería más fuerte que nunca. Estaba enfadado con el mundo, pero supe canalizar ese sentimiento en fuerza para emerger de nuevo”. Parte importante de esa resurrección a final de año es el trabajo realizado con sus entrenadores, teniendo una visión muy distinta de André Agassi respecto a Stepanek. “André es una persona muy especial y seguirá en mi equipo. Desde hace años tenemos una buena relación que se me hace difícil explicar, pero este año hemos pasado mucho tiempo juntos y en los momento delicados ha sido clave porque sé que puedo confiar en él”, declaró.

Cuestionado sobre si Radek Stepanek volverá a trabajar con él en calidad de entrenador permanente, Dimitrov sorprendió con duras declaraciones. “Realmente nunca estuvimos trabajando juntos de manera oficial y seria, tan solo tratamos de ver si funcionábamos bien juntos, pero no sentimos un buen feeling. Estoy buscando un entrenador, aunque quiero tomármelo con calma”, señaló el de Haskovo, que tiene claro qué es lo que no debe hacer nunca un coach. “Un jugador jamás debería dejar que nadie controle tu mente y tu juego. Deben ayudar, aconsejar, pero nunca controlarte y cortarte las alas, eso es una de las peores cosas que pueden ocurrir. Un tenista siempre debe sentirse libre para crear en la pista”, aseveró, apuntando una de las posibles causas del mal resultado en su asociación con Stepanek.

Admirado en medio mundo por su estética manera de jugar y alentado a lo largo y ancho del planeta por sus compatriotas, Dimitrov reconoce sentirse muy querido por los aficionados y aborda sin tapujos aspectos de su vida privada. “Me encantaría tener pareja y formar una familia, pero este año no he pensado demasiado en ello. Son temas muy personales y al haber atravesado tantos problemas mi mente ha estado en todas partes menos en eso. Actualmente no tengo novia”, dijo un Grigor Dimitrov que defenderá muy pocos puntos en la primera parte del 2020, por lo que si es capaz de continuar desplegando el nivel de juego de las últimas semanas podría volver a asomarse al añorado top-10.

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