MADRID. El golfista canario Rafa Cabrera Bello, que recientemente perdió la tarjeta PGA, sacó a relucir su mejor versión de juego en el Abierto de España disputado en el Club de Campo de Madrid y se llevó el triunfo en un torneo en el que el gran favorito, Jon Rahm, se quedó muy lejos de la victoria y se marchó “frustrado”.
Lastrado por el mal resultado de la tercera jornada, en el que se quedó a seis golpes del liderato, Jon Rahm, tuvo que apelar a una épica que no dio ni un solo atisbo de convertirse en realidad el último día y que le impidió cumplir el sueño que tenía de igualar a Severiano Ballesteros como triple ganador del campeonato.
Como ya ocurrió en el Abierto de Irlanda hace dos años, cuando Rahm remontó seis golpes a Cabrera Bello en la jornada final, el golfista de Barrika se encomendó a esos recuerdos para tratar de hacer la machada, aunque pronto sus ilusiones se desvanecieron. En el hoyo 2 realizó un ‘bogey’ y en el siete otro. “Me voy frustrado”, confesó después.
Fue entonces cuando la victoria realmente pasó a ser cosa de dos, del barcelonés Adrián Arnaus y el canario Rafa Cabrera Bello. Ambos protagonizaron un bonito duelo que se tuvo que resolver en un hoyo de desempate en el que el canario estuvo más acertado, en parte también a su oficio como veterano.
Hasta ese desempate fueron alternándose ventajas mínimas en una jornada en la que Cabrera Bello comenzó con dudas debido a un ‘doble bogey’. Después cuatro ‘birdies’ y un hoyo final en el que salvó una bola de partido debido a un fallo de Arnaus cuando tenía la victoria a tiro. El barcelonés jugó muy seguro todo el día salvo en el momento clave, en el que dos errores le dejaron con la miel en los labios.
Arnaus, que acarició su primer título como profesional, completó una jornada con dos ‘eagle’, dos ‘birdies’ y dos ‘bogey’. Un registro que le permitió acabar con 67 golpes (-4) y, sobre todo, muy buenas sensaciones en su continuo crecimiento jugador.
La otra cara de la moneda fue la de Cabrera Bello, subcampeón en 2019 y que ahora, dos años después, aprovechó su oportunidad tras su brillante tercera jornada para coronarse campeón.
El golfista canario, profesional desde 2005, escribió su nombre con letras de oro en el Abierto de España, un título que se une en su palmarés a otros tres del Circuito Europeo (Open de Austria en 2009, Omega Dubai Dessert Classic en 2012 y Open de Escocia en 2017), así como su contribución a la victoria del equipo europeo en la Copa Eurasia de 2018.
Otro de los golfistas españoles más destacados fue el joven amateur David Puig, que, a sus 19 años, firmó 70 golpes (-1) en la última jornada, en la que incluso realizó un ‘eagle’, y cerró su participación en el Abierto de España con 274 golpes (-10).
Un día más, el buen tiempo acompañó al seguimiento de los golfistas, sobre todo de los españoles, que fueron los que más aplausos se llevaron por parte de los más de diez mil aficionados que acudieron al Club de Campo Villa de Madrid y que agotaron las entradas disponibles.
Entre los que acudieron a presenciar la final estuvo Gareth Bale, jugador galés del Real Madrid y reconocido aficionado al golf.