Bernhard Langer sigue ganando a los 64 años

LOS ANGELES. La palabra ganar siempre irá ligada a Bernhard Langer, que a sus 64 años acreditó su 42º triunfo en el PGA Tour Champions -el circuito senior estadounidense-, curiosamente el mismo número de victorias que obtuvo en el European Tour. Langer ganó el Dominion Energy Charity Classic a Doug Barron con un putt de 2 metros para birdie en el primer hoyo del desempate. Previamente venía de forzar el playoff con otro birdie en el mismo hoyo 18.

El poseedor de dos chaquetas verdes se anotó su primer triunfo en el circuito de veteranos en 2007, en el que además se ha adjudicado 11 ‘majors’. No obstante, el récord que el alemán añade a su extenso palmarés, es el del jugador de mayor edad en vencer en el Tour Champions, con 64 años, 1 mes y 27 días. El anterior propietario del mismo era Scott Hoch, con 63 años, que lo había hecho en un torneo por parejas junto a Tom Pernice Jr.

Barron, 13 años mayor que su amigo de Langer, todavía no se podía creer el nivel que sigue mostrando éste pasados los 60: “Yo ni siquiera aspiro a estar jugando cuando tenga su edad. Es una anomalía. Tiene un talento increíble, realmente increíble, y es uno de mis héroes”. El ganador, que sacó 14 golpes a Mickelson que defendía el título, resumió su éxito con un mensaje extrapolable a todos los golfistas del mundo: “Todo se reduce al putt”.

Precisamente, gracias a su famoso putter escoba, a unos magistrales hierros largos y a su juego corto, Bernhard acabó en el puesto 29º del Masters de Augusta de 2020, convirtiéndose en el golfista más veterano que jamás pasaba el corte (63 años) en el campo de Bobby Jones. Aquel día, de hecho, recordó la misma frase: “La verdad es que todo está en manos del putt”.

Langer está ahora a tres triunfos de los 45 de Hale Irwin en el Tour Champions, el jugador que más atesora, y se encuentra a las puertas de proclamarse por sexta vez -y en esto no le gana nadie- campeón del circuito senior estadounidense. Qué más se puede decir del único jugador que ha compartido dos trofeos de ganador como profesional (el Lancôme de 1986, con Seve, y nada menos que el Volvo Masters de 2002, con Montgomerie). Un golfista de legado infinito y un caballero.