Cordoba, Argentina.-Persistir, insistir y resistir. Así describió Sebastián Báez su semana en Córdoba, en la que levantó su segundo trofeo profesional, el primero en casa, y que significó mucho más que un alivio: fueron días de redención, algo que estaba esperando, y la mejor formar de cortar la racha de quince derrotas en su últimos dieciséis partidos.
Sucede que desde aquella final perdida en Bastad ante Francisco Cerúndolo, Báez perdió continuidad, entró en un bajón de confianza y cayó en un pozo de los que suele plantear este deporte.
Ahora, la consagración en la quinta edición del Córdoba Open ante Federico Coria pone a Báez nuevamente en carrera para ir por más.
Para Báez, la semana en Córdoba contó con el agregado de Javier Frana a su equipo técnico (también lo acompañará en Buenos Aires). El ex No. 30 del mundo resultó una voz nueva además de la de su entrenador Sebastián Gutiérrez, en una especie de asesor. “Yo confío en Seba y el siempre supo escuchar a muchas personas y como equipo tratamos de mejorar y crecer en todos momento”, explicó.
Así, producto del trabajo, del empuje, y del pasar más y mejores horas dentro de la cancha de entrenamiento, todo comenzó a cambiar en Córdoba para Báez. De a poco, llegaron las victorias y la recuperación. Un trabajoso primero triunfo sobre Luciano Darderi finalizó con un abrazo emocionante entre el propio Báez, Gutierrez y Frana en la noche del miércoles, en frente a una sala de jugadores vacía y con apenas un puñado de personas todavía en el club.
Ese abrazo, con unas palabras de aliento y arenga de convencimiento de que estaba en sus propias manos escribir una historia destacada, se ccontinuó repitiendo tras los partidos de Tomás Barrios Vera y Hugo Dellien, en la ruta hacia la definición.
“Sabemos lo que esto significa. Levantar este trofeo es algo que me da mucha alegría. No estaba teniendo los resultados que quería, pero cuando estás bien preparado, el esfuerzo paga y el triunfo llega”, expresó el campeón.
“Así como es la vida, hay momentos buenos, malos y regulares, y lo mismo pasa en un partido y en este deporte, en general… Estoy contento de haberlo hecho bien durante toda la semana. Más allá de esperarlo (el título) o no, no me critico los entrenamientos, la manera de afrontar las malas situaciones. Pero me la banqué, todo pasa y ahora lo pudimos confirmar con mi equipo… tengo 22 años, ya tener dos títulos es una locura y voy por más”, relató post victoria.
Tras su primer título, por idea de su entrenador Gutiérrez, Báez decidió tatuarse en su brazo izquierdo la frase que lo acompañó toda la semana cuando ganó en Estoril (“Why not me?”, pregunta en inglés con significado por qué no yo). ¿Tendrá que sumar otro nuevo tatuaje? “Dependerá de lo que decidamos con el equipo…así que vamos a ver si la semana próxima me ven con algo distinto”, señaló.
Con o sin tatuaje nuevo a la vista, Báez se va de Córdoba con nuevas aspiraciones y una seguridad: con la misma velocidad con la que se puede bajar, también se puede rebotar hacia arriba.
¿Sabías Que…?
El título de Báez es en primer título en 2023 para un tenista argentino y el 228° en la etapa profesional, en la que fue la final No. 29 entre jugadores argentinos y la séptima que se desarrolló en tierra celeste y blanca.