Lo de Phil Mickelson ha sido llegar y besar el santo en el PGA Tour Champions, el circuito senior americano, donde acaba de proclamarse vencedor del Charles Schwab Cup. Aunque su sitio está aún en el PGA Tour, aprovechó que falló el corte en The Northern Trust -con lo que ya no iría al siguiente playoff de la FedEx- para acudir al torneo que se disputa en Ozarks National en Missouri.
Ya lo dijo Tiger Woods cuando le preguntaron ayer: “Puede ganar cada vez que juegue en este circuito”. Finalmente ‘Lefty’ venció, después de firmar el último día 66 golpes. Phil totalizó 191 (-22), por los 195 de Tim Petrovic y los 197 de Kevin Sutherland. Ernie Els acabó en 200 y Bernhard Langer en 204. Miguel Ángel Jiménez se fue hasta los 208. Al californiano no le tembló el pulso, pese a que podía existir cierta presión por ganar, pues Furyk lo logró en su debut este año y Els al menos disputó un playoff final.
El torneo de Phil fue impecable: 61+64+66. Sin embargo, de lo que se congratula el circuito senior es de la gran expectación que ha generado el ganador de cinco ‘major’, que durante años ha sido el referente mediático del PGA junto a Tiger. No importa que ahora en el ‘Champions’ estén ilustres como los participantes anteriormente mencionados, pues ha sido Mickelson quien, prácticamente sin previo aviso, ha desplazado el foco durante unos días a un torneo senior.
“Realmente disfruté por ver a todos los chicos de nuevo, ver cómo me han acogido y lo divertidos que son. Es divertido competir aquí. Además puede hacer buenos resultados y luchar por ganar”, comentó el de San Diego, que cumplió 50 años en junio, y que tiene ante sí el reto de emular a Fred Funk y Craig Stadler, quienes ganaron en el circuito regular tras hacerlo en el senior. En cualquier caso, Mickelson aún tiene carrera por delante en el PGA Tour, y prueba de ello es que por ejemplo fue segundo en el WGC St.
Jude hace sólo unas semanas, un torneo de máximo nivel.