El futbolista de los Wellington Phoenix Tim Payne presentó este jueves sus excusas, entre lágrimas, tras haber sido interceptado al volante de un cochecito de golf en Sídney tras una velada festiva, cuando debía estar en cuarentena.
El centrocampista neozelandés y su compatriota y guardameta Oliver Sail, que ocupaba la plaza de acompañante en el vehículo, pueden recibir fuertes sanciones por esta escapada en la noche del lunes al martes.
Phoenix, un equipo con sede en Wellington, se encontraba confinado en Sídney con la esperanza de jugar sus partidos de la A-League si el campeonato que reúne a equipos australianos y neozelandeses se reanudara a puerta cerrada.
Tim Payne, un internacional neozelandés de 26 años, contó que junto a sus compañeros habían organizado una velada festiva en su última noche australiana, el lunes en su lugar de residencia en el norte de Sídney.
Oliver Sail y él decidieron entonces dar una vuelta en el cochecito.
Tim Payne afirmó que fueron interceptados por la policía, negando las informaciones según las cuales habrían sido formalmente detenidos.
Los medios de comunicación informan que esta escapada se terminó a unos cinco kilómetros de la residencia de los jugadores y que Tim Payne dio positivo en el control de alcoholemia.
“Lo siento profundamente”, declaró Payne en una radio neozelandesa.
“Asumo totalmente la responsabilidad de mis acciones y de lo que pasó esa noche (…) Acepto totalmente las repercusiones de ese acto”, añadió.
“Es evidentemente un error de mi parte, el tipo de cosas que uno querría borrar”, concluyó.
La Federación Australiana de Fútbol, que administra la A-League, anunció una investigación.
Los Wellington Phoenix confirmaron que hubo un incidente que implicó a Payne y Sail, explicando que había iniciado una investigación al respecto.