La leyenda francesa del ciclismo Raymond Poulidor, popular por haber encarnado la figura del “segundón” en el Tour de Francia, falleció este miércoles a los 83 años, tras varios meses de hospitalización, confirmaron fuentes cercanas a la familia.
El “eterno segundón”, que tiene el récord de podios en el Tour de Francia, carrera en la que nunca se vistió el maillot amarillo, era uno de los rostros habituales de la carrera, que tras dejar la bicicleta siguió como comentarista deportivo o como embajador de marcas de forma ininterrumpida hasta la pasada edición.
Ingresado el pasado 8 de octubre aquejado de una gran fatiga en Saint-Léonard-de-Noblat, el municipio del centro del país donde residía desde hace décadas, Poulidor falleció la pasada la madrugada.
“Alter ego” de Jacques Anquetil, el primer ciclista que conquistó cinco veces el Tour de Francia, entre 1957 y 1964, Poulidor no dejó de pelear frente al gran campeón, una constancia que le hizo subir ocho veces al podio de la carrera, la última con más de 40 años.
Hijo de unos modestos aparceros rurales del centro del país, pronto aficionado al ciclismo, Poulidor encarnó en los duros años 60 el esfuerzo del humilde, frente a la figura de Anquetil, “Maitre Jacques”, más frío y calculador, que construyó la mayor parte de sus triunfos gracias a su superioridad en la lucha contra el crono.
Pero su leyenda se forjó en esa obstinada lucha por brillar en la carrera más importante del mundo, pese a que se le escapó constantemente el icónico maillot amarillo, prenda que esta edición cumplió cien años y que en los últimos 19 le eligió como embajador.
“Si lo hubiera llevado no se hablaría tanto de mi todos estos años después de haber acabado mi carrera. Subí 8 veces al podio, más que nadie, y tengo un gran palmarés. Pero mi nombre está ligado a ser el ‘segundón'”, aseguraba en julio pasado en una entrevista con Efe.
Consciente de su leyenda, Poulidor confesaba que “si hubiera ganado el Tour” su figura no hubiera cobrado la envergadura que tuvo en el pelotón internacional.
Sin embargo, más allá de sus fracasos en la ronda gala, se labró un impresionante palmarés en el que brilla la Vuelta a España de 1964, la Milán-San Remo de 1961, la Flecha-Valona de 1963, la París-Niza de 1972 y 1973 y la Dauphiné de 1966 y 1969.
Pero en su biografía destacan sus ocho podios en el Tour, donde ganó siete victorias de etapa, pero nunca la victoria final, primero superado por Anquetil y, en el ocaso de su carrera, por la emergencia del belga Eddy Merckx.
Entre el último Tour del francés en 1964 y el primero del belga en 1969 la mala suerte le privó de la gloria, sobre todo en 1968, cuando se aprestaba a ganar y fue arrollado por una moto.