De nuevo Dominic Thiem, el rival que más veces le ha ganado en los últimos tres años, pudo con Roger Federer, esta vez en la jornada de apertura de las ATP Finals. El austriaco es ahora la némesis del suizo, a quien ha vencido, con esta, cinco ocasiones (5-2 en el balance particular). Lo ha hecho ya, además, en todas las superficies: tierra, hierba, dura y bajo techo.
Thiem certificó la derrota de Federer con un doble 7-5 en 100 minutos. Fue mejor que su rival, desacertado sobre todo con el drive (13 errores no forzados), sin premio a su valentía, a su juego de ataque, de saque y volea. No fue mala su cuenta de golpes ganadores (24), pero en los momentos clave del partido, a Dominic, cada vez más curtido, no le tembló el pulso.
Federer tenía una marca de 12-4 en partidos inaugurales del Masters (12-5 ahora) y aún posee todos los récords de la competición: títulos (6), finales (10), semifinales (15), apariciones (17) y victorias (57). Pero en los últimos tiempos se le hacen bola los grandes compromisos. Aunque sigue a un nivel altísimo, los jóvenes le han cogido el tranquillo (también le han ganado Zverev y Tsitsipas), le buscan el revés y cuando se invierte para pegarle de derechas lo hace a veces forzado y sin precisión. En ocasiones le cuesta llegar a ciertos golpes. Ante Thiem arrancó con un quiebre en contra, después recuperó y cuando veía cerca al menos el desempate, perdió su servicio. Le pasó también en la segunda manga. Tuvo dos puntos de break con 5-6 en contra, pero su rival aprovechó su segundo match-ball y se enfrentará este martes (21:00) a Djokovic. A Federer, que al menos ganó diez juegos que le vendrán bien en caso de empates, le tocará remar a contracorriente y se las verá con Berrettini (15:00). El duelo entre los dos del Big Three será el jueves.
“Mi juego no ha sido lo suficientemente bueno”, reconoció el helvético. “Tuve mis oportunidades y me metí en problemas en el servicio. Thiem sacó muy bien, como tenía que hacer”, continuó, visiblemente enfadado, en la rueda de prensa.