El tenista manacorí no está precisamente contento con que haya trascendido su próxima boda con Xisca Perelló, a quien ahora han rebautizado como Mery.
No es ningún secreto que una de las máximas de Rafa Nadal es la discreción. El tenista lleva años intentando que no se hable más de la cuenta de lo que concierne a su vida personal. De poco le ha servido, ya que el anuncio de su compromiso matrimonial ocupa páginas de revistas, periódicos y minutos de radio y televisión en todo el mundo.
La primicia del futuro matrimonio la dio la revista ‘¡Hola!’, que lo publicó en portada y dedicó diez de sus páginas al futuro enlace. El interés mediático ha traspasado fronteras y la expectación internacional ante la boda aumenta a medida que pasan las semanas. Hace unos meses la misma revista rebautizó a Xisca Perelló como Mery, lo que ha llevado a pensar que se trató de una operación de marketing para internacionalizar el nombre de quien desde hace quince años comparte vida con el tenista.
No es ningún secreto que una de las máximas de Rafa Nadal es la discreción. El tenista lleva años intentando que no se hable más de la cuenta de lo que concierne a su vida personal. De poco le ha servido, ya que el anuncio de su compromiso matrimonial ocupa páginas de revistas, periódicos y minutos de radio y televisión en todo el mundo
Poco o nada se sabe sobre el compromiso de la pareja, salvo que será en. otoño y en Mallorca. Según apuntan diferentes fuentes con las que se ha puesto en contacto Vanitatis, la filtración de la noticia de su boda ha generado malestar en la pareja. Celosos de su vida privada hasta el extremo, el tenista y su novia intentan llevar su vida al margen de todos los rumores surgidos. Su entorno es una tumba y nadie suelta prenda sobre el enlace.
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