Ciudad Vaticano, Roma.-El Vaticano está instalando dos piscinas desmontables. No las van a disfrutar los sacerdotes y cardenales, sino un centenar de niños, hijos de empleados de la Santa Sede, que este mes de julio participarán en los primeros campamentos de veranos organizados en los jardines de la Santa Sede.
Por primera vez el papa Francisco ha decidido abrir los muros del Vaticano a los niños, que además de bañarse en las piscinas, realizarán todo tipo de deportes y actividades en los jardines vaticanos. Tenis –en las pistas ya construidas–, pero también baloncesto, fútbol sala, voleibol –pondrán canastas o una red en las mismas pistas de tenis–, o ping-pong y billar. Les saldrá a un precio reducido, 60 euros por semana –50 en el caso de que haya varios hermanos–, como señal de la voluntad del papa Francisco de dar una mano a las familias en los tiempos difíciles de la pandemia.
La iniciativa nació a principios de marzo, cuenta a este diario el salesiano don Franco Fontana, coordinador de Estate Ragazzi in Vaticano . “Fue una idea del Governatorato de la Ciudad del Vaticano que pensamos cuando se empezaba a ver que cerrarían las escuelas. La presentamos al Santo Padre como una manera de ayudar a las familias”, explica Fontana, capellán de la Gendarmería y de los Museos Vaticanos. “El papa Francisco aceptó inmediatamente. Cuando se complicó la pandemia tuvimos miedo de cancelarlo, pero ahora podemos hacerlo con las mismas normas que el resto de campamentos en Italia”, celebra el salesiano.
Cuando las aulas italianas todavía están cerradas y no está claro cómo va a poder organizarse el curso que viene en septiembre, el Gobierno italiano ha permitido que puedan haber escuelas de verano a partir del 15 de junio para grupos pequeños de niños. En este caso, los salesianos y la asociación de tiempo libre Tutti in una festa –que organiza otros campamentos de verano en Roma– han dispuesto que haya tres franjas de edad: de cinco a siete años, de ocho a diez y de once a catorce.
Los niños tendrán actividades como juegos en la piscina, billar o hasta olimpiadas en el helipuerto
De lunes a jueves estarán desde las 7.30 hasta las 18 horas, y los viernes solo por la mañana. Tomarán la temperatura al llegar a los niños, que deberán llevar mascarilla al entrar, pero el resto del día podrán jugar sin estos dispositivos de protección. Sí deberán llevarla los veinte monitores que contratarán: todos laicos excepto el organizador, Franco Fontana. “Habrá una plegaria al día, dentro de un momento formativo ambientado en el mundo del deporte”, puntualiza. El lema de los campamentos es “felicidad y beatitud”, según subrayan.
Los niños desayunarán, comerán y merendarán en mesas de cuatro en el aula Pablo VI, el edificio donde normalmente el Papa celebraba las audiencias generales de los miércoles. Ahora, como tiene que hacerlo sin público para evitar que se produzcan aglomeraciones, lo hace en la biblioteca del Palacio Apostólico.
En el aula Pablo VI también colocarán cinta adhesiva en el suelo para que los niños sepan donde tienen que disponerse para jugar a distancia, señala Pasquale Acunzo, de Tutti in una festa. “Nuestra idea principal es no cambiar la manera de jugar que tienen los niño, sino cambiar los juegos y adaptarlos a la situación sanitaria para que estén a un metro de distancia. Al final, son niños”, explica.
Queda algún puesto libre para las últimas semanas, pero prácticamente ya se han agotado todas las plazas disponibles para los hijos de los cerca de 5.000 empleados que tiene la Santa Sede y el Governatorato de la Ciudad del Vaticano, de los que la mayor parte son laicos. Además de organizar actividades en los jardines –con menos visitantes, a causa de la pandemia– los niños podrán acceder a lugares reservados que normalmente es imposible visitar, como el helipuerto, donde organizarán una especie de olimpiada, juegos de equipo y actividades al abierto. Hasta colocarán atracciones hinchables cerca de las pistas de tenis.
El Vaticano se adapta así a los tiempos de pandemia para dar facilidades a aquellas familias que no se pueden organizar en vacaciones. Los campamentos se suman a otras iniciativas recientes del Governatorato, que durante esta semana abrirá los Museos Vaticanos y las Villas Pontificias de Castel Gandolfo a todos los médicos, enfermeros y el resto del personal sanitario de forma gratuita como un particular agradecimiento a los esfuerzos en la lucha contra el coronavirus en Italia.